A mi confidente: Llevo pensando durante no mucho tiempo si olvidarme de utilizar lo indefinible, al nombrarte, y darte concreción, una entidad, aunque ambigua, para mi mayor comodidad y confusión y juego, te confieso. Es un capricho, lo sé, y algo egoísta o interesado o; pero de vez en cuando me apetece, y es lo... Leer más →
27 de mayo
A mi confidente: Hace ya un buen rato de mi primer café y es tarde, si nada lo propicia, para tomarme otro. Sigo a solas en casa, viendo llover dándole vueltas a mi reciente nueva situación, esa impensable, hace unos meses, de ser otro desempleado más pero, ya ves, parece que, con algo de retraso,... Leer más →
En la estación
Llegó pronto, y con ganas de un café caliente, a la estación. Un cambio brusco e inesperado de las temperaturas le pilló, como solía decir, con el paso cambiado a él que tan bien soportaba las bajas temperaturas, cuando se aclimataba. Refunfuñó hasta que sujetó y aguantó lo que pudo la taza de café. Al... Leer más →
El grifo
Después de haber pasado, según su consideración, demasiado tiempo sin hacer nada, buscó entre sus herramientas la adecuada para instalar una extensión flexible en el grifo de la cocina. Sin ninguna prisa, colocó sobre la encimera un pedazo de papel, la llave grifa tipo alicate, la extensión flexible y una onza de chocolate para sus... Leer más →
Puedes entrar
Se sobresaltó, al oír el timbre del teléfono esa mañana, cuando podía leer, y callar al mundo. Contesta, asiente y mira el reloj, en diez minutos llamará a la puerta. Deja su lectura, busca lo que reclaman y espera. Espera y ya son cinco los que pasan, cinco, los que se suman a esos diez,... Leer más →
Tu voz
Termino de comer y me levanto, cojo el teléfono y te escribo dos, tres mensajes, quiero salir dentro de unos minutos y te cuento lo que siento. Termino, para comenzar con una ducha, el mismo tiempo siempre, las sensaciones, mi protección, mi ritual, una oración, un acto propicio elegir mis ropas y preparar mis cosas,... Leer más →
Eva
Sólo necesitaba cargar la batería de su móvil, era el pequeño favor. Le mostré dónde enchufar su cargador y, me dijo, apenas tuviera carga suficiente reanudaría su viaje, tomaría café, mientras tanto, y guardaría silencio, añado yo al relato, aunque no demasiado tiempo, ni demasiado quieta estuvo, caminando de un lado al otro como nerviosa... Leer más →
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