Cuando el observador lo vio se llevó una mano a la boca para contener un grito, una exclamación o contener las energías necesarias para recorrer una distancia impuesta y comunicar que lo ha vuelto a hacer, que lo ha hecho, lo sigue haciendo y corre, corre precipitadamente, golpeando, golpeándose, doliéndose con los impactos, con los insultos, con un final, tal vez, con un principio o con la duda y el extravío, con no saber, el observado, si ha de continuarse o si ya debe ponerse el fin.
