Sintió el abandono de Ana, su alejamiento abriendo, Juan, sus ojos en vano, pues nada distinguía, pero no se alarmó ya que supuso que no aguantaría acostada ni un minuto más. Buscó, a tientas, la manta que Ana rechazaba siempre (demasiado calor, decía), cerró sus ojos y se arrebujó en la cama, aún era pronto... Leer más →
Ana y Juan
Persistía la oscuridad cuando despertó Ana. Quiso saber qué hora era. Temía que fuera insomnio, otra vez, pero aliviada vio que no fue su despertar desvelo, sino rutina. Eran las siete de la mañana. Salió despacio de entre sus sábanas y se dirigió al baño, a tientas. Dos horas más tarde entró Juan recién levantado,... Leer más →
Debe estar conectado para enviar un comentario.