Contempla esa mañana el mar en calma, desde la terraza de su habitación de hotel en la tercera planta, los barcos amarrados y a quienes, no sin cierta envidia, corren o caminan o se sientan en cualquier lugar de aquel paseo marítimo interminable como interminable es su espera, ya va para dos días en esa... Leer más →
Debe estar conectado para enviar un comentario.