Se quitó las gafas, cerró sus cansados ojos y doloridos que, con la palma de sus manos, masajeó. Necesitaba estirarse, ponerse en pie. Dio tres pasos a su izquierda y alzó los brazos alcanzando de puntillas la fría barra de hierro pintada de gris oscuro de una pérgola de la que se quedó suspenso. Enormes... Leer más →
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