Se tiró al suelo y esperó unos instantes, quieto, atento, aguzando el oído. Nada. Había dejado de llover hace un momento. El aire en calma, ningún sonido salvo el canto de mirlos y gorriones y algunas voces lejos de aquel lugar donde se encontraba sentado, leyendo otra novela, con su café, a la espera de... Leer más →
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