Sale a la calle. Acusa el frío intenso, tose, se abrocha hasta el cuello, su abrigo. Mira hacia arriba. Ve las mismas motas titilando, algunas nubes. Camina. Tampoco hoy le apetece acompañar a nadie y pasa de largo, sin mirar, sin escuchar. Algo les une, como si fuera un fuego en medio de la oscuridad.... Leer más →
Mar en calma
Contempla esa mañana el mar en calma, desde la terraza de su habitación de hotel en la tercera planta, los barcos amarrados y a quienes, no sin cierta envidia, corren o caminan o se sientan en cualquier lugar de aquel paseo marítimo interminable como interminable es su espera, ya va para dos días en esa... Leer más →
De puntillas
Se quitó las gafas, cerró sus cansados ojos y doloridos que, con la palma de sus manos, masajeó. Necesitaba estirarse, ponerse en pie. Dio tres pasos a su izquierda y alzó los brazos alcanzando de puntillas la fría barra de hierro pintada de gris oscuro de una pérgola de la que se quedó suspenso. Enormes... Leer más →
Con los ojos cerrados
Desorientado, busca un pitillo que no encuentra. Ya no fumo, recuerda, y camina lento y torpe hasta la ventana. Se da un respiro, aunque le cansa estar de pie. Se apoya en el cristal. Mira sin ver. Su respiración se ralentiza, calma, como el latido de su corazón que, se acerca y aleja y vuelve... Leer más →
Ámbar
No empieza de noche, una de esas negras y, en apariencia, limpias noches donde distingues con nitidez esa constelación artificial en pugna con las sombras. Es la calma precedente. La vanidad y la soberbia humanas, el miedo, por su debilidad. Y ahí vivo mis días porque durmiendo con el sol alejo, por las noches, mis... Leer más →
Me vi caer
No era normal, en aquella época del año, que lloviera gente del cielo tras el trueno de una voz que entendí como un aviso, una advertencia, un grito de socorro. Me giro mirando hacia lo alto y desde un quinto, sexto piso, sorprendido, como yo, asustado, vi un instante un cuerpo que, tras reaccionar, desaparece... Leer más →
Viento de poniente
Se tiró al suelo y esperó unos instantes, quieto, atento, aguzando el oído. Nada. Había dejado de llover hace un momento. El aire en calma, ningún sonido salvo el canto de mirlos y gorriones y algunas voces lejos de aquel lugar donde se encontraba sentado, leyendo otra novela, con su café, a la espera de... Leer más →
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