Llegué temprano a casa y te llamé al cerrar la puerta. Silencio. Te imaginé en el dormitorio, tosí, volví a llamarte. Silencio. No me has oído llegar ¿dónde te encuentras? Quizá no ha llegado, pensaba, mientras seguía con lo que era normal a esa hora que es buscarte, o buscarme si alguna vez me retrasaba... Leer más →
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