Mapas

No, nada de despertarme esta vez dolorido, aturdido, después de un día como cualquier otro en el que vuelvo a sentarme a la mesa y extiendo mapas, recortes, algún cuaderno con extensas notas ilegibles, pedazos de papel con notas breves y claras, guías de viajes con los que proyecto, estudio, planifico, trayectos locos unas veces, injustificados siempre salvo por la fementida, lo sé, busca de aventuras, o meticulosos y elaborados hasta el más mínimo detalle previendo absurdos, contingencias, peligros, viajes que, me digo al fin y con cierta pesadumbre mientras alzo la vista hasta alcanzar el horizonte, jamás realizaré quedando todo en un intento vano de escapar de aquí, de huir ¿adónde?, ¿hacia qué lugar?, vivir ¿vivir, dije?, tal vez, pues no otra cosa me queda, siempre es eso, siempre otra cosa, o no, vivir o huir o escapar de qué, de quién, si quien sabe que no hay otra salida, una salida en todo momento, todo lo demás es imposible y que aferrarme a este particular, propio, íntimo, único a mis sentidos y singular modo de viaje, más adecuado a mí, seguro, estático, descansado, siempre a mi alcance, claro, y que incluyeron junto con lo que fue parte velada de su proyecto, esas cláusulas con que contaban contenerme de algún modo demostrando lo que conocían de mí, lo que me sabían, lo que yo les pertenecía, cuánto dar por tanto, por tan poco sacrificio, imposibilitándome conocer su valoración de mí, sobre mí, pero sí concediéndose que no obtendré más hasta que la aceptación, consecución, conclusión de sus impuestas condiciones añadidas tras cada una de las fases, siempre con varia extensión, solo después, y como el premio prometido darán, no he averiguado aún cómo, con esos papeles sobre mi mesa.

Pero debía contrarrestar, debía luchar, oponerme y no podía, ninguna otra cosa más que imaginarme aquello que tan excitante me resulta, y tan imposible, que es recrearme en pensar mi cama llena hasta volverse evanescente, diluida o confundida con otra cosa, para esa otra cosa distinta de aquello que fue y que ahora adquiere una nueva función, logística quizá, rediseñada bajo adminículos, mapas, guías, cuadernos de notas, para otra cosa, algo más acorde, algo como un improvisado campamento de operaciones, todo esto y yo, todo en otra parte con ropas adecuadas a las posibles inclemencias climáticas, dispuesto para todo si no fuera porque no, ya lo acepté, asumí, ya soy consciente de lo que soy, de lo que hago aquí, de a qué pertenezco, soy parte, aunque me quede despertarme de nuevo, cualquier otro día, solo, dolorido o no, y volver de nuevo a mi mesa, a mis papeles, mapas, proyectos, imposibles y acabar el día, la noche, en cualquier momento, encerrado y libre a la vez en tan pequeño espacio, o inmensa cárcel, imposible salir, imposible volver, imaginarme fuera, imaginarme nada más aquello a lo que vine aquí, en vano ya, evitando la locura.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: