El rescate

Necesitaba expulsar el frío de mi cuerpo. No esperaba que una tarde que se prometía soleada, sin apenas transición, se tornara casi violenta, húmeda, gélida y no encontraba nada más a mano e inmediato que una cafetería y, quizá, pedirte mi rescate que hasta ese momento, el de mi duda por llamarte, he logrado evitar porque aún queriendo, ya no puedo ni quiero volver a verte. Pido un café y miro, mientras tanto, bombillas testigos de otras navidades parpadear en un lugar distinto cada vez quizá por mor de algún capricho técnico o tal vez por algún díscolo dios de los vientos. Nada tenía que hacer en esa tarde vencida ya por la nocturnidad y, maldije, quedé en suspenso al verte entrar ¿cómo supiste?, y dirigirte a mí que no llegué a llamarte.

2 respuestas a “El rescate”

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: